martes, 21 de febrero de 2012

Los tiempos del cólera

"Bronca sin fusiles y sin bombas.
Bronca con los dos dedos en Ve.
Bronca que también es esperanza.
Marcha de la bronca y de la fe..."

Hace apenas unos días, Concepción del Uruguay se vistió de luto cuando conoció la horrible noticia de que un chico de apenas 22 años murió asesinado, víctima de un asalto mientras atendía un quiosco. Ya los vecinos uruguayenses comenzaban a mal habituarse a noticias de robos y arrebatos ocurridos en distintos puntos de la ciudad pero, por primera vez, se lamentó a una víctima fatal, que podría haber sido tu amigo, tu hermano, tu novio o tu hijo.

“Se cruzó una línea que no se debería haber pasado”, dijo el intendente Carlos Schepens ante una multitud de vecinos concentrada frente a la Jefatura Departamental, quienes se expresaban con bronca, desesperación y muchísima tristeza, en la calurosísima noche de este domingo. Entre los gritos de repudio y pedidos de justicia, se pudieron escuchar escalofriantes frases como “que gendarmería salga a la calle”, “son los negros que les dan planes sociales y no trabajan”, “esto no es democracia”. “Los vecinos tenemos que hacer justicia por mano propia”, y demás muestras de una intolerancia fruto del histórico fascismo que invade Argentina, llevado adelante por una comunidad cegada por la cólera.

La violencia inicia un efecto dominó que arrastra ira, miedo y sed de venganza, y esa sed no cree en las instituciones ni en la justicia sino en desatar más violencia. Esa sed también provoca una profunda división dentro de la sociedad creando la imagen del Otro, ese que cobra planes sociales para la falopa y para la joda. El Otro no tiene otro análisis ni otra explicación, tiene que estar preso o muerto sin importar la edad que tenga.

Según las últimas investigaciones policiales, el autor del crimen sería un joven de 15 años, ese joven sería el Otro y es por eso que la comunidad pide su cabeza mirando apenas una punta del iceberg e ignorando las raíces generacionales que llevaron a vivir tragedias como estas. No se piensa en por qué el Otro es el Otro, que está renegado de la sociedad desde el mismo momento en el que nació, que creció sabiendo que no había un lugar para él dentro del sistema, que vive resignado a ser el Otro.

Ese Otro no es otro, forma parte del Nosotros. Si un pibe con 12, 13, 14 o 15 años toma un revolver y decide apuntarle a alguien para robarle es porque Nosotros, los adultos, estamos dejando que eso suceda. Nada se solucionará bajando la edad de imputabilidad a los 8 años mientras haya un sistema educativo sin fortalecer y una mentalidad intolerante. Todo eso provocará simplemente que se agrande la trinchera dentro de la ciudadanía.

Ese Otro no es un extraterrestre, proviene del mismo planeta Tierra y del mismo país que vos y yo, y podría ser tu amigo, tu hermano, tu novio o tu hijo.


Nota publicada en Babel Digital (20 de febrero de 2012)

viernes, 30 de diciembre de 2011

Mejor hablemos de ciertas cosas

Acá nomás, cruzando el charco, en la tierra de José Artigas, Eduardo Galeano y Canario Luna, se dio un enorme paso en materia derechos civiles: la Cámara de Senadores uruguaya, en su última sesión del año, dio media sanción al proyecto de Ley de Salud Sexual y Reproductiva que despenaliza el aborto en las primeras doce semanas de gestación.

El proyecto fue aprobado por 17 votos de 31 y establece que “toda mujer mayor de edad tiene derecho a decidir la interrupción voluntaria de su embarazo durante las primeras doce semanas del proceso gestacional”, y obliga a todos los centros de salud, públicos y privados, a realizar su práctica.

Esta aprobación tuvo un respaldo total de la banca oficialista del Frente Amplio, y el presidente uruguayo, José “Pepe” Mujica, ya adelantó que, una vez aprobado el proyecto en la Cámara de Diputados, no rechazará la promulgación del proyecto de ley, contrariamente a lo que hizo el ex mandatario Tabaré Vázquez en 2008, quien vetó el capítulo que incluía la despenalización del aborto por “razones filosóficas y biológicas”. Además, encuestas han dado a conocer que alrededor del 63 por ciento de la población de Uruguay está a favor de la legalización del aborto.

Mientras tanto, en Argentina continúa la espera por una ley que regule el aborto legal, seguro y gratuito. A comienzos del mes de noviembre, la Comisión de Legislación Penal de la Cámara de Diputados había aprobado el proyecto pero, por falta de firmas, no se logró el dictamen y el debate debió interrumpirse.

El tiempo pasa y la mortalidad femenina por la práctica de abortos clandestinos continúa siendo una realidad que se puede suprimir y las víctimas, mujeres de los sectores sociales más desfavorecidos, continúan siendo anónimas y olvidadas. El debate es urgente, seguir posponiendo una legislación efectiva para que cada mujer tenga una decisión plena sobre su cuerpo es esconder la mugre debajo de la alfombra y no asumir una realidad palpable, en el día a día y desde hace generaciones.

La elección de ser madre tiene ser, justamente, eso, una elección y no una imposición de ciertas convenciones sociales que establecen que “toda mujer debe ser madre”. Se puede tomar el camino de Maru Botana, quien acaba de anunciar su octavo y felíz embarazo, o el camino contrario si es que una lo desea tomar. La elección es de cada mujer y la obligación de protegerla es del Estado; mientras el aborto siga oculto en la clandestinidad, un importante y necesario derecho sigue sin ver la luz.

Nota publicada en Babel Digital (29 de diciembre de 2011)

Recuerdos

“Porque en la selva, se escuchan tiros;
son las almas de los pobres, son los gritos del latino...”
Las Manos de Filippi.

Tenía 13 años cuando me levanté un miércoles 19 de diciembre, no muy temprano porque ya estaba de vacaciones del colegio, y mi mamá me decía que estaban saqueando los supermercados. Para ese día, la sobredosis de TV no tenía límites, ni tampoco el pánico. Recuerdo sentir miedo al salir al balcón de mi casa y ver a mucha gente pasando por la calle con changuitos de supermercados repletos de mercadería, luego ver esa misma imagen por televisión reproducida miles de veces y en distintos lugares del país. También recuerdo sentir miedo al ver la tristeza en la mirada de mis padres; sabía que tiempos difíciles estaban llegando.

“Crisis” se escuchaba y leía constantemente por los distintos medios. Yo entendía poco del contexto político del país en ese momento, pero no necesitaba mucho para percibir esas miradas desesperadas que con furia, hastío y, por sobre todas las cosas, hambre, tomaban los supermercados y arrasaban con todo a su paso.

Ya no había nada qué perder. El país había dicho “basta”, el país tenía hambre, y cuando tenés hambre y tus hijos también la tienen, es difícil pensar fríamente. La mierda había colapsado después de años de vivir en un mundo de fantasía llamado Primer Mundo.

La violencia terminó por instalarse definitivamente, Estado de sitio decidió el Gobierno Nacional y el pánico se incrementó. Para el 20 de diciembre, el entonces Presidente Fernando De La Rúa renuncia a su mandato y la imagen del helicóptero despegando del techo de la Casa Rosada aumenta la incertidumbre sobre el futuro. Para los días que siguieron, el “que se vayan todos”, salido de las venas abiertas de millones de argentinos hartos de corrupción, eran las palabras que sonaban una y otra vez.

Para el 24 de diciembre de 2001 no hubo Noche Buena, no había nada por qué festejar. Argentina sufría ciudadanos muertos, un desfile de presidentes, una guerra de pobres contra pobres, una muerte de la creencia en la política institucional. Una década parece mucho, pero en realidad es muy poco; habíamos caído, una vez más, en un pozo sin fondo pero que de a poco logramos salir, aunque todavía quede un largo trecho.

Nota publicada en Babel Digital (18 de diciembre de 2011)

viernes, 16 de diciembre de 2011

La mujer rota

Carla Figueroa, ese es el nombre que tanto escuchamos en los últimos días en los distintos medios de comunicación, pero por una noticia más que trágica y que, tristemente, se está convirtiendo en algo cada vez más habitual. Carla tenía apenas 19 años y fue asesinada por Marcelo Tomaselli, su marido, el mismo hombre que tiempo antes la había violado y que, por un pedido de avenimiento, dos jueces de un Tribunal de La Pampa le concedieron la libertad. La pareja se casó y, ocho días después de haber salido de la cárcel, Tomaselli la mató de diez puñaladas.

El avenimiento es un acto procesal en donde las partes que se encuentran vinculadas a un proceso judicial convienen en terminar con el juicio. Sería como una reconciliación de las partes en donde la víctima “perdona” a su victimario y es por eso que esa figura legal está cada vez más cuestionada. El juez de la Corte Suprema Raúl Zaffaroni expresó su repudio calificando al avenimiento como una “pieza arqueológica” dentro del Código Penal.

“¿Por qué el delito de violación es el único que puede tener esa excusa absolutoria? Sería más lógico que lo tuviera el robo: me llevo algo, lo devuelvo, pido perdón, en fin, arreglo la casa un mes, tiene más razón. Pero en la violación con violencia, violación propia, me parece que es una pieza arqueológica que quedó en el Código”, opinó Zaffaroni.

Por su parte, el juez de Audiencia Carlos Federico Pellegrino, quien había rechazado en primera instancia el mencionado pedido de avenimiento por parte de Tomaselli, expresó que fue quebrantada la Ley de Violencia de Género por parte de los jueces que aprobaron el perdón para el violador y luego asesino. “Entendíamos que no estaba en condiciones de igualdad: los informes psicológicos manifestaban un shock postraumático después de la situación vivida y se daba un caso de violencia de género. La Ley de Violencia de Género establece que todas estas situaciones no se pueden conciliar o mediar”, comentó Pellegrino.

La Ley 26.485 de Violencia de Género fue sancionada en 11 de marzo del 2009 y en su artículo 4 establece: “Se entiende por violencia contra las mujeres toda conducta, acción u omisión, que de manera directa o indirecta, tanto en el ámbito público como en el privado, basada en una relación desigual de poder, afecte su vida, libertad, dignidad, integridad física, psicológica, sexual, económica o patrimonial, como así también su seguridad personal”. En su artículo 6, la Ley establece que esa violencia puede ser: doméstica, institucional, laboral, contra la libertad reproductiva, obstétrica y mediática.

En el siglo XXI, en donde estamos comunicados constantemente, en donde las nuevas tecnologías nos invaden todos los días y en donde el wifi ya casi se puede respirar, la violencia sobre las mujeres es algo que luego de millones de años de humanidad sobre la Tierra todavía no ha podido erradicarse. Si analizamos cada uno de los tipos de violencia podemos constatar que son tan dramáticos como habituales. En la violencia doméstica, donde mujeres son golpeadas, amenazadas o disminuidas a través de insultos y agresiones psicológicas.

En la laboral, donde por el simple hecho de ser mujer tenga una remuneración menor o que llegue a ser despedida en el caso de quedar embarazada; en la violencia contra la libertad reproductiva, con la falta de una Ley de legalice el aborto y que le permita a cualquier mujer tener un control absoluto sobre su cuerpo; o en la mediática, que sólo hay que tomarse unos minutos para hacer zapping y encontrar la figura de la mujer dentro de los más degradantes y sexistas estereotipos de linda y tonta.

Según un relevamiento realizado por el Observatorio de Feminicidios, que coordina la ONG La Casa del Encuentro, solamente en la primer mitad del 2011 se registraron alrededor de 150 asesinatos de mujeres, de los cuales la mayoría de los casos fueron en manos de maridos, novios o ex parejas. La Casa del Encuentro, a través de su sitio web (www.lacasadelencuentro.org), define: “El término Feminicidio es político, es la denuncia a la naturalización de la sociedad hacia la violencia sexista (…) Es una de las formas más extremas de violencia hacia las mujeres, es el asesinato cometido por un hombre hacia una mujer a quien considera de su propiedad”.

Jean-Michel Bouvier, padre de Cassandre, una de las turistas francesas que meses atrás fueron violadas y asesinadas en la provincia de Salta, dijo en una carta publicada en el diario francés Le Monde: “… Se apoderó de mí la idea de que los actos cometidos, primero, contra su libertad de mujer, y finalmente contra de su vida merecían una calificación específica (…) El hombre que golpeó, violó y asesinó a una mujer porque es mujer y tiene una influencia física sobre ella, debería tener un castigo similar al de un crimen contra la humanidad”.

Las palabras de Bouvier, llenas de ira y dolor, son un grito desesperado a un pedido de justicia que ya lleva demasiadas generaciones de Carlas y Cassandres olvidadas. El Código Penal Argentino merece una revisión urgente, donde esté contemplada la figura del Feminicidio y en donde el avenimiento sea aplicado en casos más coherentes ¿O a caso, luego de una violación, puede existir algún tipo de perdón?

Nota publicada en Babel Digital (15 de diciembre de 2011)

miércoles, 30 de noviembre de 2011

Bandas Locales: un patrimonio uruguayense

En Concepción del Uruguay podemos encontrar historia, río, universidades, cultura, y, además, un factor que crece con el tiempo y progresivamente se conforma en un valioso patrimonio uruguayense: las bandas locales. Mejor: las Bandas Locales, así, con mayúsculas, porque si hay algo de lo que la ciudad no carece que es de música, para todos y todas, y para los gustos más variados.

Las Bandas Locales forman parte de un nuevo despertar dentro de la cultura local, la que representa a la extensa población joven de la ciudad y cada vez ejerce mayor influencia.

Cada fin de semana existe la seguridad que de alguna banda en algún lugar está tocando, el rock nunca falta. Ya sea grounge con Nuitilfaith, metal con Primer Ministro, punk con Chakota, reggae con Suma Paciencia, alternativo con Libres Esclavos, blues rock de los ’60 y ’70 con Black Velvet o hasta jazz con Champ, el menú se expande cada vez más. Por supuesto, sin olvidar los infaltables tributos a Fito Paez, Creedence Clearwater Revival, Redondos, Beatles y, por siempre, Joaquín Sabina.

La lista sigue: Helena Charleston, Hanomag, Bo-k Sucia, Sueños de Ruta, La Morza, Palenke, Casanova, Crisantemo, Turi Rastamám, Algún Ente, Oyabun, Tres Monos, The Paco’s, y la lista sigue y sigue y sigue.

No son estrellas, los podemos cruzar por la calle diariamente, son laburantes como vos y yo, no viven de la música, pero sí para ella. Ya sean estudiantes o profesores de música, o simples autodidactas que un día decidieron llevar su pasión al rock más allá, cada día en el que deben subir al escenario se entregan en cuerpo y alma a su público, a su música, y el esperado aplauso al final de cada canción que es la mejor fortuna que pueden recibir. Y eso es amor.

Con ustedes, señores: las Bandas Locales. Ovación de pié para todos ellos.


Nota publicada en Babel Digital (29 de noviembre de 2011)

jueves, 24 de noviembre de 2011

Violencia contra la mujer: culos y tetas en la TV

En la edición de hoy 23 de noviembre del diario Página/ 12 salió publicada una nota titulada “Para desterrar prejuicios”, referida a un informe presentado por el juez Raúl Zaffaroni a la Corte Suprema. Ese informe dio cuenta de un estudio sobre la cantidad de homicidios ocurridos en la ciudad de Buenos Aires. Entre los distintos números que aparecen en el trabajo se pudo observar que dentro del total de víctimas, el 14,29 por ciento son mujeres y de las cuales la mitad de ellas son asesinadas en situaciones de violencia intrafamiliar.

Este dato abre algo que pareciera que las generaciones, avances tecnológicos y cambios de era no pueden hacer desaparecer: la violencia de género. Mujeres que son asesinadas por sus parejas, violadas por extraños o prostituidas por grandes redes mafiosas. “Ella lo provocó”, “mirá cómo se viste”, “algo habrá hecho”, “si es una loca que se acuesta con cualquiera”, son comentarios del día a día que todavía no han podido erradicarse y, a veces, hasta son naturalizados.

Sin embargo, la violencia de género no sólo puede encontrarse en las páginas de la sección de policiales de algún matutino, sino también en momentos tan triviales, superfluos y, en apariencias, de entretenimientos: en el prime time de la televisión argentina y tinellizada. Ese programa que, bajo el maquillaje de una barata filantropía busca “cumplir un sueño”, no es más que la simple exhibición de culos y tetas.

Y a todo eso se lo llama éxito. ¿Cómo? De la venta constante de la mujer como un objeto plástico, sin intelecto y sin lugar para decir algo inteligente, lista para ofrecerse a cualquier hombre y que debe estar dispuesta a la más extrema osadía para estirar sus 15 minutos de fama.

Otro de los ejemplos de cómo el Método Tinelli encuentra más adeptos: Sábado Bus, ese programa revival de lo más menemista de los ’90, que tiene un segmento llamado Muñeca Bus donde su nombre ya lo dice todo. La elegida (alguna modelo, actriz o vedetonga) debe mostrarse en una enorme caja rosada, de la misma forma que la famosa muñeca, para luego salir de allí y bailar ratoneando a toda la platea masculina.

Y después recibir aplausos como si de un gran honor se tratase, como si cualquier mujer espera lograr ser en algún momento una Muñeca Bus. Algo que no quiso la jugadora de hockey Luciana Aymar, quien ya había anunciado con anticipación su negativa de participar en dicho segmento, pero Nicolás Repetto –el conductor del ciclo- no tuvo ningún reparo en comprometerla en vivo y en directo para obligarla a meterse en la infame caja rosada. Finalmente, Aymar accedió a la orden y fue una muñeca.

Ese simple hecho remarcó el verdadero lema del éxito de la TV: “No importa que seas deportista, no importa que pienses, no importa que nos representes en el mundo: estas acá, mostrá el culo”.

La violencia sobre la mujer tiene muchas aristas. Algunas que hacen eco en los noticieros y los diarios; otras, en cambio, se muestran edulcoradas, en horario central y apta para todo público.

Nota publicada en Babel Digital (23 de noviembre)

martes, 22 de noviembre de 2011

Editorial Tinta China: el despertar de la literatura joven e independiente

La editorial Tinta China trabaja en publicaciones independientes en las que jóvenes escritores pueden dar a conocer su trabajo. En una entrevista con Babel, Iván Hirschhorn, uno de sus creadores, contó cómo surgió el proyecto y de qué manera trabaja la editorial. “No existe el trabajo integrado de artistas, somos como manadas de locos sueltos y tirando para distintos lados”, afirmó cuando se le preguntó su opinión respecto de la movida cultural uruguayense.
Iván Hirschhorn, escritor, músico y creador de Tinta China junto a David Pietroboni, contó que la editorial nació hace tres años, a partir de la necesidad de hacer conocer su trabajo. Actualmente, los autores pueden acercarles sus materiales y ellos se encargan de asesorarlos tanto en el contenido como en las distintas formas de publicación. “

“Nosotros les decimos como pueden publicar por su cuenta y cómo publicar con nosotros y así tienen ambas opciones; la editorial busca conseguir el menor costo posible para el autor para que así pueda publicar”, explicó Iván.

Desde hace un año y medio sus publicaciones comenzaron a ser mas profesionales, tanto en su encuadernación, diseño y registro intelectual. A este ultimo Iván lo llamó “Copyleft”, que significa “que el libro puede ser reproducido, subido a Internet para su descarga, vuelto a imprimir”. “Lo que nos interesa como proyecto editorial y como autores es que la obra se mueva y la gente sepa lo que estamos haciendo”, explicó.

“En la editorial publicamos lo que nos gusta. Material de gente joven que quiera cambiar el curso de las cosas y apostar a algo nuevo. Les damos pautas para q hagan un trabajo dinámico; muchas veces uno a la hora de escribir tiene montones de ideas sueltas y a la hora de bajarla resulta que el pensamiento no funciona igual que el lenguaje”, comentó Hirschhorn. Añadió que desde Tinta China también dictan talleres de creación literaria en el museo Artemio Alisio, en donde además proponen la autopublicación.

“Actualmente hay un montón de gente escribiendo; antes te tenía que buscar una editorial y ahora hay una cultura opuesta donde la gente se auto publica. Por otro lado, Internet revolucionó el mercado y la forma de hacer y consumir arte, ahora están los blogs donde un autor puede actualizar cada dos días”, contó Hirschhorn.

En cuanto a la formación de un escritor, Iván opinó que lo esencial esta en “leer mucho y en estudiar a los autores que han creado grandes cosas. “Eso no significa copiarlos, sino en pensar su proceso y usar esa lógica para construir algo coherente. Eso sólo se aprende leyendo.”

Tinta China lleva cinco publicaciones: tres libros de cuentos, uno de poesía y uno de microficciones (relatos breves), además cuenta con una colección de libros de bolsillo llamada La Chinita, de poesía y microficciones. También han publicado revistas de historietas y han producido algunos discos de bandas. Los libros pueden conseguirse en Librería Universal de Concepción del Uruguay o a través de su página web tintachinaediciones.blogspot.com.

En referencia al nuevo despertar de la cultura en Concepción del Uruguay, Iván opinó que “hay mucha gente joven y talentosa con ganas de hacer cosas”. “Se ha sacado un poco de escena lo elitista que suelen ser las organizaciones tradicionales”, mencionó.

Sin embargo, agregó: “Por esta zona no existe el trabajo integrado de artistas, somos como manadas de locos sueltos y tirando para distintos lados. Está la música, el teatro, la literatura y son sectores que trabajan por separados; deberíamos organizarnos y trabajar juntos, que el arte sea algo integral y que haya una propuesta a nivel cultural más unificada”.

En ese sentido, comentó que para el próximo año están proyectando “un censo de artistas regionales con el que crear una red de trabajo integrado para que los miembros de la cultura puedan encontrarse entre si y en todas las disciplinas. Iván no dejó de remarcar que en el arte “siempre esta esa cuestión de ego, de que todos hacen cosas y que creen que lo suyo tiene mas valor por sobre el otro”.

“Es por eso que todos debemos reeducarnos y aprender que el trabajo conjunto es el que verdaderamente hace cosas”, reflexionó finalmente.

Nota publicada en Babel Digital (21 de noviembre de 2011)